O lo que es lo mismo, el
naufragio de una devoción. La Virgen del Carmen es una advocación de la Virgen
venerada en el monte Carmelo, que la Iglesia celebra el 16 de julio en España,
y es Patrona de la Marina. Esta Virgen que es Patrona de los marineros, y que
protege a éstos de los infortunios del mar, ahora es Ella la que está navegando
por un mar proceloso, con marejadas y exaltación de ánimos, que necesita un
cable de salvación. El mundo al revés. La
protectora de los marineros, necesita ser salvada para no ser tragada
por las propias aguas de la que ella es guía y orientadora de navegantes. No deseo, por respeto, y
desconocimiento de las causas de la cuestión, tomar partido para no sembrar
discordias. Solo pretendo exponer el ambiente de descontento que se palpaba y
se vivía el 16 de julio en Aduanas del Mar.
Desde siempre, llegado el evento,
el poblado de Aduanas, se llenaba de entusiasmo religioso, y la marinería
celebraba con alegría y esplendor la festividad de su Patrona. Se oficiaba un
misa solemne, anunciada con general volteo de campanas, con un nutrido clero, un coro parroquial especialmente
entonado y una procesión marinera donde la Virgen, capitaneando una barca de
pesca se hacía a la mar. Tomaba rumbo al
centro de la bahía, en donde era vitoreada entre flores y toques de sirena por
las embarcaciones que la escoltaban en su singladura. En pleno mar se elevaba un
recuerdo y se rendía homenaje a los
marineros fallecidos. Los curtidos
rostros de los “lobos de mar”, con
mirada emocionada a ese mar de sus peligros y de su pan de cada día, elevaban
plegarias a la Patrona, que al tomar tierra firme era recibida con salvas. En
una palabra, una devoción y una festividad que ahora “hace aguas”. Una tradición en peligro
de extinción y de naufragio. Llega la hora del SOS para la Virgen, pero
esperemos que no se llegue a la situación del sálvese quien pueda. Cómo
podríamos pensar que la Virgen del Carmen va camino del naufragio? cuándo es Ella la que nos tiende su manto
protector? Esto en lo tocante a lo celestial. En lo terrenal, las causas de ésta zozobra poniendo
en peligro la festividad de la Virgen, son un conjunto de circunstancias, de
personas y de instituciones que han rolado trayendo aires de renovación. Y que
están provocando malestar, preocupación y perturbación en la devoción de la
población marinera.
El pasado 16 de julio del
presente año, por primera vez se podía palpar en el ambiente un reprimido
desengaño y frustración en la forma en que se vivió y se desarrolló la fiesta
religiosa. Cuando una festividad religiosa está unida a un componente gremial (como
es el caso), en el que puedan surgir diferencias e intereses económicos y
laborales contrapuestos, ocurren estas cosas y surge la pérdida del rumbo. Las
causas de ello, no las voy a
desentrañar, por las razones expuestas. Sobre todo porque no tengo derecho a opinar y polemizar en un tema del
que carezco de información, y del que no he sido llamado a tomar parte. Solo me limito a comentar el estado de cosas,
sin inculpar, ni señalar las correspondientes responsabilidades. El caso, es
que se ha levantado mala mar, y como los marineros saben, las aguas encalmarán
a su debido tiempo. Ahora el clima es tenso, y la prudencia manda guardar silencio
y respeto en espera de mejores aires. Una simple misa, con el cántico final de
la Salve marinera fue toda la festividad dedicada a Nuestra Señora del Carmen.
Pero aquí, hay recursos para salvar ésta situación. Tenemos a la Virgen de Loreto, también Patrona de los marineros. Si la devoción a la
Virgen del Carmen, está en crisis (por el momento), disponemos de la “otra”
vocación mariana, la devoción entrañable y tradicional a la Virgen de Loreto,
de gran arraigo y calado entre la marinería. Es poco común y original, que en
un país existan dos co-Patronas, la del Carmen y la de Loreto. Un “recambio”
venido del cielo, que en estos momentos en que la nave de la del Carmen empieza
a tener vías de agua, podamos hacer frente a la marejada, acudiendo al auxilio
de la Mare de Dèu de Loreto. En el fervor a ésta, no hay interferencia gremial
alguna, ni intereses materiales. Existe una devoción pura y llanamente
religiosa. Se habrán dado cuenta los lectores, del privilegio que supone tener
dos Patronas. La Virgen del Carmen y la de Loreto. Están ahí para certificarlo.
Recambios que nos manda la Virgen.
Vicente Catalá Bover
Julio 2013
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