sábado, 13 de abril de 2013

CALLES DEL PASADO Y DEL PRESENTE


La calle, considerada como  espacio entre edificios que forman una población, tiene su desarrollo o desenvolvimiento histórico como lugar de bullicio y ruido de los habitantes que la ocupan. La calle es el conjunto de tres perfiles que la definen como tal. Son: la calidad del pavimento, el rumor de la gente y una suficiente iluminación. En nuestras calles, y en lo que concierne a la pavimentación, diré que este nuevo enlosado ha sido durante cuatro años el martirio, mortificación y ruina de muchos comerciantes. Es un tema, que para bien o para mal ya está asumido y “sufrido”. Esta renovación del pavimento del casco histórico fue una torpeza técnica y un fracaso de la política municipal. La Historia de la humanidad, recoge los  acontecimientos de un tiempo pasado en un determinado espacio o lugar, para transmitirlos al  tiempo presente a través de los medios de comunicación. Este traspaso del pasado al presente, se refiere a hechos (guerras, catástrofes,  invenciones, modas...etc.) y a manifestaciones de la personalidad humana, como son el bullicio y ruido en la calle. Este bullir humano también es historia local y a ello me voy a referir.
¿Cómo eran las calles durante la segunda mitad del siglo XIX? Las calles, durante este periodo estaban ocupadas por vecinos que deambulaban por ellas movidos por sus quehaceres y actividades habituales, muy distintas a las de hoy. Los niños jugaban, los jóvenes se divertían en el “paseig”, y los mayores mataban el tiempo en las aglomeraciones de los bares. El pueblo bullía y vibraba en la calle porque se “hacía la vida” allí. La chiquillería, niños y niñas, cuando terminaban sus obligaciones escolares, ocupaban la calle con sus juegos y brincos hasta que llegaba la hora de recogerse para cenar. Esa infancia de antes, no tenía los deberes escolares que tienen las actuales generaciones estudiantiles, y les permitía retozar en las calles. Si los niños son la alegría de los padres en el hogar, en la calle eran la vida del pueblo. En los tiempos de hoy, cuando se cierran los centros educativos (antes escuelas), los niños pasan de las aulas a sus casas, en donde se encierran en sus dormitorios para una doble actividad: realizar  los deberes impuestos por los profesores y jugar con las últimas novedades tecnológicas e informáticas, puestos a su alcance. Móviles, internet, consolas, y tabletas, son los juegos que están de moda y a disposición de esos niños. Se acabó el desfogue en la calle a base de saltar y brincar, hasta quedar rendidos y camino de la cama. A la hora en que la población infantil se retiraba,  hacían su aparición  los jóvenes, que tomaban las calles en pura manifestación de diversión en el paseo o “paseig”, un ritual social de obligado cumplimiento. Si no te dejabas ver en el paseo, es que estabas mal, y la gente lo notaba y te echaba de menos. Dejando a los niños y jóvenes, estaban los mayores, para completar el padrón. Estos, después de terminar sus labores agrícolas, dejaban el carro y el macho, se sacudían el polvo que les envolvía y emprendían el camino del casino, del bar, o del trinquete, en  donde la conversación, el juego de cartas y el dominó ocupaban el resto del día. En el buen el tiempo, la vecindad de la calle, practicaba  la “vetla”, la tertulia en la calle, después de cenar, sentados en sillas de enea o mecedora, hasta que el sueño les vencía. Hoy, la televisión ha suprimido esta costumbre, y el dialogo se hace con el vecino, sin silla, sino con el móvil. El tercer componente de la calle es la iluminación. Antaño, el alumbrado callejero era escaso, a base de una tenue luz  y con restricciones en el  suministro. El núcleo urbano en donde más destacaba la “vida” en la calle eran las dos plazas (la de la Iglesia y la de Baix) y las calles de S. Buenaventura y Mayor, en donde estaban instalados los bares y demás atractivos. El entorno  de la Plaçeta del Convent, al estar históricamente fuera de las murallas,  ha sido el barrio de ensanche del pueblo, donde abundaban los grandes locales, como almacenes,  “cups” y  almazaras. El  popular Bar “El Noy” y su clientela, cerca de la parada de los autobuses de Venturo en la calle Reina Regente (hoy Príncipe de Asturias), eran los dos factores ambientales de la zona. Resumiendo: el elemento humano (niños, juventud y mayores) ha desaparecido de la calle. Los niños ya no juegan a “polis y ladrones”, ni las niñas al “corro de la patata”. La juventud ya no pasea, corre,  haciendo footing y los mayores ven la tele en su casa y se van de viaje. En las calles del pasado había mucha gente y poca luz.  En las calles del presente hay poca gente y mucha luz.

EL DEDO


Buscaba en la enciclopedia la palabra democracia,  (demos, pueblo; kratia, poder), con el propósito de comprobar si lo que está ocurriendo en el país es compatible con ésta forma de gobierno del pueblo. Antes de llegar a ésta palabra, me  he encontrado con la palabra dedo, con su significación anatómica y funcional, como parte del cuerpo humano. He comprobado la cantidad de sentidos figurados que posee esta palabra, y en ella he recalado para reflexionar sobre su actualidad. Veamos unos ejemplos: Pillarse los dedos (sufrir un descuido), chuparse los dedos (hacerse el tonto), a dedo (nombramiento con influencia), poner el dedo en la llaga (acertar), a dos dedos (muy cerca),… y así una gran variedad de acepciones de ésta parte corporal. El dedo, con su aplicación y pulsación en un objeto tecnológico, como es el móvil, ha adquirido gran protagonismo en los actuales tiempos de la invención humana. También lo tiene en el mundo del arte, sobre todo en el campo escultórico y pictórico. Ahí está el dedo de Cristóbal Colón, señalando desde su pedestal barcelonés el nuevo mundo descubierto por él, o el dedo índice de San Vicente Ferrer, señalando al cielo (Timete Deum). Son muchos los personajes de la Historia que  con un dedo o un gesto han sellado para la posteridad  su  merecida labor. Podríamos decir que vivimos en una “dedocracia” en el que el régimen que impera es el dedo buscador y trabajador. Hoy, el dedo índice y los demás de la mano, están activos y son los protagonistas en la manipulación informática, o la ventana por la que observamos el mundo. Hoy los avances de la ciencia nos han situado en unos niveles de total dependencia de la tecnología. Algún sabio físico, cuyo nombre no recuerdo en este momento, dijo “Dadme una palanca y un punto de apoyo, y levantaré el mundo”. Hoy se puede decir “Dadme un móvil y un dedo, y os enseñaré el mundo”.
El mundo, y la sociedad está absorbida e identificada en el dedo que le lleva a accionar el móvil y demás telemandos que ponen en funcionamiento los utensilios domésticos que son la base de nuestro confort y bienestar diario. Hay una total adicción y dependencia de la informática. Es tal la identificación  del móvil con la persona que se puede afirmar que forma parte de la higiene del cuerpo. Igual que nadie sale de casa sin un mínimo aseo personal, hoy no se concibe pisar la calle sin el móvil. Este, es útil en la calle, en el trabajo, en el autobús, y en las intimidades del retrete. A primera vista, parece que la humanidad disfruta felicidad y todos se sienten dichosos, conversando y transmitiéndose mensajes. Todo parece que va bien, pero no es así.  Siempre se ha dicho “hablando se entiende la gente”. El hombre nunca se entenderá con sus congéneres. El gen del mal va implícito en la condición humana (“el hombre es un lobo para el hombre”, dijo Hobbes). Lo niños desde los diez años o antes, los adolescentes y jóvenes en edad estudiantil disponen de móvil, que debido a sus escasos años utilizan como juguete para el esparcimiento propio de la edad, y al mismo tiempo como arma para el desarrollo de  las travesuras, y comportamientos juveniles. La crueldad de algunos llega a extremos de causarles placer y divertimiento el padecimiento ajeno. Graban videos de palizas que propinan a sus  compañeros de clase, y vejaciones a los profesores, que luego los visionan con complacencia, sin conmoverse y, que para demostrar su machada cuelgan en los móviles de otros condiscípulos. Hace poco un alumno  descerebrado, saltándose las reglas de la educación y del respeto, en un centro escolar,  con un mechero prendió fuego a la cabellera de una profesora. El instinto maligno del ser humano, amparándose en la sombra y en la impunidad que le ofrecen estos adelantos, le impulsa a    lanzar mensajes amenazadores, a todos aquellos a los que desprecia y que considera enemigos. No todo es comprensión cuando se mueve el dedo en la pantalla del móvil. Una anécdota que viene a cuento.  Es sabido  que la reliquia del brazo incorrupto de Santa. Teresa de Jesús, la conservaba Franco en la cómoda de su dormitorio, para que le protegiera en el gobierno de la nación. Hoy, tenemos el dedo corrupto del ex -tesorero del PP, que lo utiliza para insultar y eludir responsabilidades. En este avanzado mundo tecnológico,  un dedo de un irreflexivo dictador, apretado sobre un botón nuclear puede acabar con el planeta. Es la fuerza, importancia y temeridad del dedo. No hay que temer a Dios, como decía S. Vicente. ¡Temed al dedo!

MARZO, MES DEL NAZARENO Y DE LOS PEPES


Ordenando papeles en mi baúl de los recuerdos, me he encontrado con una carta del cura Antonio Llidó Mengual (q.e.p.d.) y su relectura me ha llevado a escribir estas líneas. Antonio Llidó, nacido en ésta villa, en 1936, en el seno de una modesta familia, estudió el Bachillerato y el Magisterio en la Academia Jesús Nazareno, de la calle Primicias, en la que fuimos condiscípulos. Entablamos una buena amistad, y cuando terminé el bachiller me marché a Valencia para iniciar mi carrera universitaria. Continuamos la amistad a través de la correspondencia, en donde Antonio me mantenía informado de la actualidad local. En los años 60, una vocación tardía al sacerdocio, le llevó al Seminario de Moncada, al lado de Valencia. En su etapa de seminarista, yo le visitaba los domingos. Al ordenarse como presbítero, tuvo su primer destino en Quatretondeta, y luego de unos destinos y avatares  del momento político de España,  marchó a ejercer su apostolado a Quillota (Chile). Allí, al decantarse a favor de las libertades del pueblo oprimido por el régimen dictatorial de Pinochet,  fue perseguido, detenido, torturado y ejecutado por el gobierno del dictador. . Su hermana Pepa y su cuñado Ferrán, con un denuedo incansable, acudieron a Autoridades, Parlamentos e instituciones europeas, demandando amparo y justicia para su hermano. Su caso fue muy conocido y ocupó muchos espacios en los medios de comunicación nacionales y extranjeros.
Retomando el tema del titulo de estas líneas, inspiradas en la carta de Antonio,  todos sabemos que en el casco antiguo del pueblo, hay tres festividades, que sobresalen de las demás, y que se concretan en la Bajada del Nazareno de su ermita del Santo Cristo del Calvario, que se celebra el día 3 de marzo, y la Subida del mismo a su morada el día 4 de mayo. La tercera festividad son Les Fogueres de Sant Joan, en Junio. Las dos primeras, de carácter religioso, con “incrustaciones” de fiestas cívicas (así se llamaban antes los “bous al carrer”) y la tercera totalmente cívica, con una mínima incidencia religiosa. Recordemos para las nuevas generaciones (que leen poco, y le dan mucho al móvil), que el origen de la festividad del Nazareno data de 1767, cuando los duques de Medinaceli, regalan a Jávea una imagen de Jesús Nazareno, que instalan en una vieja ermita situada en el Calvario. Mas adelante, se costea con cargo a la cofradía del mismo nombre la nueva ermita construida sobre la primitiva, en 1848. En el año 1854, hace su aparición en toda la región valenciana la enfermedad contagiosa del cólera asiático, procedente de la India. Era una enfermedad mortal, consistente en una infección intestinal, que causó miles de fallecimientos. El pueblo de Jávea, ante el peligro que suponía esta terrible enfermedad, se encomendó al Nazareno, y para postular su protección, lo bajaron del Calvario y se le “hospedó” en la iglesia de S. Bartolomé. La curia parroquial se encargó de hacer rogativas para que preservara al pueblo del terrible mal. Cuando se comprobó que el cólera no había causado ninguna desgracia, el pueblo agradecido y en solemne procesión subieron al Nazareno a su lugar. Anualmente en recuerdo de aquel acontecimiento milagroso, se celebra la Bajada y Subida. El otro dato, que comentaba Antonio en su carta, era la celebración del día de San José, En Jávea hay muchos Pepes y Pepas, y antes se celebraba de una forma muy distinta a como se hace hoy. Vean como se vivían estas festividades. La carta está fechada en 25 de marzo de 1955, y dice así “Estimado Vicente: He aguardado a escribirte hasta ahora porque quería contarte todas las peripecias que hicimos por aquí la semana pasada con eso de la bajada de Jesús Nazareno, y la fiesta de S. José. Tú ya sabes lo que es eso de la bajada. Hacemos de todo menos ir a la procesión y pasamos una tarde magnifica. Este año terminó pronto y aquella tarde abrieron la Tómbola, en donde estuvimos bailando hasta la hora de cenar… El día de S. José, como tú sabes que hacemos todos los años, recorrimos por la mañana todas las casas de  Pepes que conocíamos, y como comprenderás llegó medio día y estábamos todos más que regular. En eso vimos a D. Francisco [director de la academia] y nos fuimos a su casa a tomar cerveza unos cuantos. Con todo esto se hicieron las cuatro y aún no habíamos ido a comer. Por la tarde fuimos los amigos y amigas a casa de los tres Pepes de la cuadrilla [Noguera Font y Ronda], y de la Pepa [Pepita Mengual]….”. ¡Qué tiempos! Se felicitaba primero a los conocidos y luego a los amigos de la cuadrilla. Era la cuadrilla de Pascua, algo muy entrañable de los jóvenes.

CONTAR CORRUPTOS


Contar es una capacidad que el ser humano lleva consigo mismo desde que nace, y forma parte de su personalidad. Esta facultad se desarrolla desde nuestra más corta edad. Aprendemos a contar porque nuestros padres, nos lo inculcaron desde la cuna. El padre, la madre y, hoy los abuelos, empleaban la táctica del cuento para entretenernos y para dormirnos en la cama. El escuchar cuentos tiene el efecto de hacer dormir, igual que un discurso o sermón soporíferos. El niño acababa siempre dormido antes del que el cuento acabe. Los niños a base de la ración de cuento diario, se los aprenden y los memorizan para la posterioridad, para cuando tengan que hacer la función de de progenitores. El instinto y la capacidad de imitación del niño es tan fuerte que cuando las niñas juegan a “papás y mamás”, éstas “duermen” a sus muñecas contándoles los cuentos  aprendidos de su madre. Lo mismo les pasa cuando oyen a sus mayores un chiste. El niño tiene una gran facilidad de asimilar las cosas y conocimientos que se ponen a su alcance, para luego imitarlas y exteriorizarlas a los demás (véase su facultad instintiva de aprender  el manejo de los complicados artilugios  informáticos actuales). Sin embargo, no hay nada peor que un buen chiste contado por un niño de corta edad. Su personalidad aún no está lo suficientemente desarrollada para darle la entonación, matización y la gracia para que produzca el efecto de la risa. Un chiste bueno contado por un patoso, se transforma en malo, y al revés uno malo se hace bueno contado por alguien que le ponga su pizca cómica. Esto de contar cuentos, e historias  es una práctica que se adquiere en la niñez, y se desarrolla con la edad, en la que se aprende a mentir y contar bulos y calumnias. Por eso se dice que el niño no miente porque aún está dotado de inocencia y no ha desarrollado los malos instintos de que está dotada la naturaleza humana. El niño al crecer e ir a la escuela o al colegio, ya no está para que le vengan con cuentos. Ahora aprende matemáticas y otras materias que le sirvan para labrarse un porvenir. En mis tiempo se aprendía urbanidad, que era la “ciencia” de saberse comportar con educación en sociedad y en familia. En los años 40-50, a falta de entretenimientos como la televisión o el  móvil como ahora, nos entreteníamos contando los reyes godos y  las alineaciones de los equipos de fútbol. Saberse de carrerilla los treinta y tres reyes del reino visigodo, desde Ataulfo hasta Don Rodrigo era una machada sabérselos y una gozada contarlos. Así como hoy solo se habla del F.C. Barcelona y del Real Madrid, el equipo preferido de la juventud era el Athletic Club Bilbao, equipo en el que se identificaba el coraje y bravura de la raza hispana (los leones). Recuerdo aquella alineación compuesta por Carmelo en la portería, Orue, Garay y Canito en la defensa, Mauri y Maguregui en la media, e Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza en la delantera. La táctica, eran tres defensa, dos medios y cinco delanteros.  También era inolvidable la “delantera eléctrica” del Valencia de los años 40, formada por Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostizaa. También recitábamos aquello de “Con diez cañones por banda/ viento en popa, a toda vela,/ no corta el mar, sino vuela,/ un velero bergantín”, …de Espronceda. Eran tiempos de cuentos, y de contar lo aprendido, fueran reyes, futbolistas o poemas. Cuando ya éramos creciditos y los padres no estaban para cuentos nos enseñaron que la mejor forma de combatir el insomnio y conciliar el sueño en la cama era contar ovejas o borregos, uno por uno, hasta que la monotonía nos vencía y caíamos dormidos. Era el remedio casero y no se conocía otra cosa.  Hoy ha cambiado la terapia y se conoce un nuevo método de acabar aburrido y rendido en la cama. Produce algo de repugnancia, pero es eficaz. El nuevo remedio consiste contar los corruptos producidos por la clase dirigente política, empresarial y banquera. Hay tantos como borregos y el sueño está asegurado. Así como los borregos están en el corral o en el campo, los corruptos (¡presuntos!) están en el banquillo o en la prisión. Para contar corruptos hay que ir caso por caso. Por ejemplo, el caso Malaya, con la Pantoja y el Julián Muñoz.  El caso Nóos, con Urdangarin y Diego Torres. El  caso Campeón, con el ex ministro José Blanco (“Pepiño”), el caso Gürtel, en donde hay un buen rebaño, igual que en el caso Brugal cuya cosecha de corruptos es frondosa. Corruptos no le faltarán para coger el sueño. La lista no parece tener fin. ¡Contar corruptos! hasta que el  aburrimiento acabe con el insomnio. 

MEC (O EL SIGLO DE LAS SIGLAS)


En este mundo, la expresión  hablada y la comunicación escrita está plagada de siglas, cuyo único fin es abreviar la escritura. Constituye un uso abusivo del que no se tenían antecedentes en épocas anteriores. En ese pasado histórico, se utilizaban las siglas de una forma moderada, y las pocas que estaban en el mundo hablado y escrito eran muy familiares. Eran las más conocidas, el FBI, la ONU, la URSS, la OTAN, los EEUU… y algunas otras que todos conocíamos y sabíamos su significado. La complejidad y los avances de la ciencia y de la tecnología nos han llevado a una burocratización de la sociedad, que necesita para su desenvolvimiento la creación de instituciones y organismos para el desarrollo de sus fines. Para la identificación de ésta multitud de órganos administrativos se emplean siglas que poco a poco son absorbidas y memorizadas por los ciudadanos. Si la ciencia ha adelantado y avanzado en la moderna civilización, el hombre ha desarrollado su instinto malévolo y cruel, involucrándose en guerras, violencia y atrocidades. En éste “frente” se han tenido que arbitrar medidas de represión para acabar con tanto desvarío. Aquí es donde hacen su aparición y papel las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en las que ante el gran número de delitos y las  nuevas modalidades de ejecución de los mismos, han tenido que crearse agentes y unidades especializadas para la investigación, esclarecimiento y puesta de los delincuentes a disposición de la Justicia. De éste modo se han creado, (desconocidos hasta hace unos años) los departamentos de la UDEF (Unidad Central de Delincuencia Económica), UDYCO (Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado), UCIC (Unidad Central de Inteligencia Criminal) y otros,… especializados cada uno de ellos en la persecución de cada tipo específico de delito. A su vez, ya son familiares los órganos que tienen relación con la actividad policial como CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), TS (Tribunal Supremo), AN (Audiencia Nacional), TSJ (Tribunal Superior de Justicia)…   Hay tal proliferación de siglas que resulta a veces complicado desentrañar su significado. La prensa,  acostumbrada a utilizarlas, nos suministra las noticias embotelladas en abreviaturas  y tenemos que hacer un esfuerzo para saber a que se refiere el asunto. La aparición de la corrupción, generalizada en políticos,  banqueros y  empresarios, estafando la confianza de los ciudadanos, ha conducido a la creación de órganos asesores que amparen, representen y defiendan a los afectados. Así por ejemplo, surge el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria),  la PAH (Plataforma de afectados por las hipotecas). Las palabras “Expediente de Regulación de Empleo”, resumidas en las siglas ERE, es consecuencia de una política laboral a la que no se esperaba llegar, y conlleva el gran dramatismo familiar, que supone la pérdida del trabajo. La circunstancia más trágica y sangrante. Muy utilizada también es la sigla ADN (es un ácido cuya denominación indescifrable, que no tengo retenida, la componen dieciocho letras, casi como una cuenta bancaria). Tres siglas  concentran la mayoría de inquietudes de la sociedad: los EREs disgustan, el ADN descubre genes y la PAH asesora y ampara. Estas siglas ya se han incorporado al lenguaje  normal y se habla de ellas sin necesidad de ninguna advertencia o explicación. El mar de siglas de este siglo, me hacen desembocar en una palabra local, tradicional y burlona que ha dejado de utilizarse. Me refiero a la palabra MEC, que escrita con mayúsculas en éste mundo violento e hipócrita  podría significar, “Maldad, Ensañamiento y Crueldad”. Pero los tiros no van por ahí. Me voy a ceñir  a la palabra “mec”,  escrita con minúsculas.. En ésta villa, desde siempre,  al individuo despistado, distraído y poco centrado, se decía que estaba “mec”. No he podido encontrar su significado en ninguno de los diccionarios de valenciano (ni catalán) que he consultado.  . Las nuevas generaciones no la han conocido, y hoy ésta expresión castiza no la oigo en las conversaciones. A este tipo de personas, con rarezas en su comportamiento, se les decía: “¡Eh tú, estás mec o que?!”, o  para referirse a un tercero que no está presente se decía :“¡Eixe tío, está mec!”. A veces ocurría,  que en plan de burla, cuando el que estaba “mec” pasaba por delante de algún bar en donde había corrillos o concurrencia de gente en la puerta, algún bromista soltaba chillando: “¡ieeeee… agarreu-lo que es per al circo!” Hoy, está palabra está obsoleta y ya no hay “collita” ni de bobos, ni de “mecs”. Mejor así. 

UNA ACERTADA REELECCIÓN JUDICIAL


En el Semanal Javea nº 1498, se recoge la noticia de la renovación del cargo de Juez de Paz de la villa, que ostenta Gabriel Sapena Salines. Echando la mirada hacia atrás, y haciendo un poco de memoria,  Gabriel Sapena fue nombrado Juez de Paz por la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV),  el 11 de febrero de 2009, por un periodo de cuatro años, según dispone el artículo 101 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ). Habiéndose cumplido el plazo de los cuatro años de mandato, ésta misma Sala por Acuerdo  tomado en la sesión del día 22 de febrero de 2013 ha procedido a renovar el nombramiento del mismo por otro periodo igual.
He tenido acceso al expediente gubernativo tramitado por la citada Sala del Tribunal Superior de Justicia, y he podido constatar  que Gabriel Sapena ha tenido enfrente a tres contrincantes aspirantes al cargo, con una aportación de méritos y niveles universitarios que avalan la calidad de los presentados. Ante  esos peticionarios, los Magistrados componentes de la Sala adoptaron la resolución de nombrar a Gabriel Sapena, para el desempeño del cargo. En este nombramiento han intervenido tres factores básicos. El primero,  el arraigo en la población de Gabriel Sapena, por tratarse de una persona seria, respetada y estimada por el pueblo. El segundo, la correcta actuación del mismo en el ejercicio de la función,  y finalmente el Acuerdo del Pleno de la Corporación local de 24 de enero de 2013 en el que por unanimidad de los asistentes, según previene el articulo 101 de la LOPJ, acordó elegir, entre los  solicitantes, como Juez  de Paz titular de Jávea a Gabriel Sapena, por un nuevo mandato de cuatro más, lo que supone la reelección del mismo.
Es bueno y deseable para cualquier comunidad, que los que ostenten  la consideración de autoridad que les ha sido conferida, desempeñen sus funciones con la  dignidad, que ha caracterizado la trayectoria de Gabriel Salines, en el presente caso.
Llegados a éste punto, quiero aprovechar la ocasión para informar a los lectores,  someramente,  de la función del Juez de Paz y de sus orígenes. La figura del Juez de Paz, que ocupa el primer peldaño de la estructura judicial del Estado, fue creada por un antiguo Real Decreto de 22 de octubre de 1855, en tiempos del reinado de Isabel II de Borbón. El Juez de Paz en esa época del siglo XIX, se concibió como la persona arraigada en su  población, que haciendo uso de su hombría de bien y del sentido común intentaba la conciliación de sus vecinos en sus disputas y diferencias. Han transcurrido cerca de 160 años desde que los Jueces de Paz empezaron a ejercer de hombres buenos, y en los tiempos de ahora, con la transformación de la vida, esto servidores de la Justicia se encargan de importantes funciones que se le asignan mediante el auxilio y  la delegación judicial de los órganos superiores. La carga de trabajo que soportan y la responsabilidad derivada de la trascendencia de las actuaciones procesales de hoy, no era la que inicial y tradicionalmente se concibieron como propias para este tipo de  juzgados. Modernamente,  los Jueces de Paz ejercen funciones jurisdiccionales como miembros integrantes del poder judicial. El sistema electivo de los mismos por parte de la superioridad, ha variado profundamente. Antes de la promulgación de la Constitución de 1978, los Jueces de Paz eran elegidos entre las personas con mayor grado de conocimientos, sin intervención del Ayuntamiento. Hoy, la elección parte de la potestad discrecional de la Corporación local que tiene la facultad de examinar y valorar los méritos aportados por los aspirantes y elevar su propuesta al máximo órgano judicial   de la comunidad autónoma, quien a la vista de la información facilitada efectúa el nombramiento en la persona elegida por el por el respectivo Ayuntamiento. Hace cuatro años, tuve  la satisfacción de transmitir a través de éstas páginas mi felicitación a Gabriel Sapena por su nombramiento. Es una suerte, tanto para él como para mí, que podamos rememorar la misma la noticia cuatro años después termino, como terminé: Señoría, y sobre todo amigo, felicidades y éxitos en ésta  renovada singladura judicial.