El 22 de mayo de 2013, se fue de éste mundo José Chulvi Solana, conocido
deportiva y familiarmente como Chulvi,
el delantero centro del CD Javea, fichado en los años 60 por el “desorbitado” precio del valor de una moto
marca Guzzi-Hispania, de 65 cc, que más adelante relataré.
Chulvi, en su faceta deportiva fue una estrella, un crack en su
tiempo, que echó raíces en la villa, y merece ser recordado. Todos nos
desarrollamos a través del transcurso de los años, y la vida va repartiendo la
lotería de los éxitos y los fracasos. Al final, siempre queda un testimonio
para el recuerdo. A los triunfadores, se les recuerda por sus obras, y
tratándose de un futbolista por su destreza en el manejo del balón y en la
habilidad en la consecución de goles para los colores de su club. No voy a
hacer una estadística, de los
merecimientos y logros futbolísticos de Chulvi,
por dos razones principales. La primera, porque le vi jugar muy poco, ya que
mientras él estaba haciendo su carrera deportiva en Jávea, yo estaba haciendo
la mía en Valencia, y fueron escasas las ocasiones en que presencie partidos en
el viejo campo del Frechinal, en donde el club militó algunos años en 3ª
División, para luego hacerlo en Regional Preferente. Algunos de los jugadores
de la plantilla del Javea les conocía de siempre, como Bolufer, Barber,
Noguera, Buigues, “Marróni”, Burguete, “Kubaleta”, Marí, Soler, Sapena…etc. La
segunda razón, es que asocio a Chulvi
con otras sensaciones, de carácter anecdótico. Siempre recordaré a éste, con
los pormenores que rodearon la contratación del mismo por el CD Jávea. José
Chulvi, era natural de Sollana, pueblo cercano a Sueca, de donde era Puchades,
ídolo del Valencia CF. Desde muy joven se inició en la práctica del fútbol que
alternaba con sus estudios de enseñanza primaria, y a medida que fue
adquiriendo edad y calidad en el juego, se hizo profesional y fue pretendido
por los mejores equipos de la categoría, como el Jávea, que buscaba refuerzos
en su plantilla. En una reunión de la directiva del CD local, con el Presidente
de la Federación Valenciana de Fútbol, Sr. Monleón, éste les dio muy buenas
referencias del jugador de Sollana, José Chulvi, que pertenecía entonces al
cuadro del Tavernes de la Valldigna. Ante tal información, la directiva del CD
Jávea, nombró una comisión, encabezada por el secretario del club, el maestro
nacional Cristóbal Bolufer Segarra, que se desplazó a dicha localidad para el fichaje del recomendado delantero José
Chulvi. Ambos clubes se pusieron de acuerdo en el contrato, y el de Tavernes
puso como condición para “soltar” y desprenderse de Chulvi, que el Jávea se
hiciera cargo del abono de las letras de cambio libradas para el pago de la
moto Guzzi que el club de Tavernes había
adquirido para que el jugador se desplazara de Sollana a ésta última población
para asistir a los entrenamientos. Los salarios de entonces, no permitían el
alojamiento en hostales o fondas de los jugadores que procedían de otros
pueblos. La condición contractual de la Guzzi Hispania se formalizó, de tal
manera que el club valenciano endosó las letras pendientes al Jávea, al mismo
tiempo que “endosaba” el jugador al club local. Un fichaje hecho, no a golpe de talonario, con
cifras atractivas, sino a “golpe” de pedal de moto. Esta motocicleta, elegante,
roja y de cómoda suspensión valía 11.000 pesetas y su aparición en el mercado
tuvo una gran aceptación, pues suponía un paso adelante y un avance respecto de
las bicicletas con motores adaptados, como el “mosquito”, llamado así por su
ruido característico. La habilidad y destreza de Chulvi dentro del campo de juego, lo supo llevar y poner en
práctica fuera del mismo, donde su olfato le llevó al “marcaje” y posterior
“fichaje”, de Paquita, la que se convirtió en la compañera inseparable de su vida
que le dio hijos, y selló sus raíces en el pueblo. Chulvi, ferviente partidario, entusiasta y forofo del R. Madrid,
montó un pequeño bar en la calle de la Loncheta, que se convirtió en un fortín
madridista, con banderas y fotos del equipo merengue. Allí, entre “penaltis” y
“golpets”, acompañados de las tapas del
terreno, elaboradas por las primorosas manos de Paquita, se hablaba, y se
discutía con pasión cuando la clientela atacaba al Madrid. Chulvi, “vieja gloria” del CD Javea, ha sido tres veces estrella:
en el campo de fútbol, en la familia, y
ahora estrella en el firmamento. Estas líneas son un modesto homenaje a su
memoria y a los suyos. Descanse en paz.
Junio 2013
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