El bastón, en su versión básica
es una vara de madera, con puño y contera que sirve para apoyarse al andar. Socialmente
y en tiempos pasados, el bastón era signo externo de la elegancia masculina. El
bastón es símbolo de autoridad civil, lo mismo que el sable lo es de mando
militar y el báculo de dignidad
eclesiástica. El uso del bastón, como complemento del vestir del hombre, junto
con el sombrero estuvieron presentes en la moda del siglo XIX y principios del
XX. Las mujeres por el contrario, nunca han llevado bastón como elemento de
elegancia por una serie de motivaciones históricas. La razón de que el hombre
utilizara el bastón, obedece a que desde la Edad Media iba normalmente armado,
bien con armas de fuego o con armas blancas, como sables y espadas. La mujer no
hacía uso de armas, porque estaba protegida por el varón y porque el manejo de
las mismas exigía una destreza y habilidad de la que carecía, aparte de que era
una actividad contraria a la personalidad y sensibilidad femenina. Con el paso
del tiempo el uso de la espada dejó de utilizarse, y para reemplazar ese hueco
se impuso el bastón, como arma defensiva
y como adorno. Había bastones simulados, que eran verdaderos estiletes para
defensa personal. En la guerra civil, el sombrero, la corbata y el bastón,
junto con ir a misa, eran garantía de ir
al paredón o a la cuneta. Con el tiempo, el bastón como arma cayó en
desuso y se convirtió en adorno masculino.
En los tiempos actuales solo tiene la función de apoyo al caminar. Sin embargo
las mujeres en los años 20 utilizaron como complemento del vestido la sombrilla. No era moda el bronceado solar
cuando llegaban los calores del estío. En la calle como en la playa era
corriente el uso de la sombrilla para el tueste de la piel. Los tiempos han
cambiado tanto que de evitar el tostado se ha pasado al torrado de la misma.
Voy a hablar de un bastón de los
años 40, con motivo del fallecimiento de Puchades ocurrido el pasado 24 de mayo
de 2013. Antonio Puchades Casanova, Tonico,
nacido en Sueca en 1925 fue jugador de fútbol del Valencia FC desde los 21 años
y toda su carrera futbolística la desarrolló en este equipo, en donde debutó
con 21 años en la temporada 1946-47. Poseía una gran calidad técnica y potencia
física. Tuvo un extraordinario compañero que fue Pasieguito. Fue internacional
23 veces con la Selección nacional de España
(no se había inventado la gilipollez de la Roja), y se retiró a los 36 años
para dedicarse a su tierras.
Puchades, pasó unas semanas en el verano de
1949 en Jávea, por andar pretendiendo a una joven, hija de un acaudalado naranjero
de Carcagente. En los años 40, una vez
acabada la guerra, empezaron a llegar y a instalarse en Jávea una serie de
familias acomodadas procedentes de Ibi, Alcoy, Carcagente, Valencia…etc., que
se asentaron en zonas preferenciales como el Portichol, Calablanca, Montañar y caleta
del Port. Puchades, hombre recio, fuerte y esbelto, destacaba por su rubia
cabellera bien peinada y por su elegancia y gusto en el saber vestir. Vestía siempre
de blanco, con camisas y pantalones limpios y bien planchados, no como los
famosos de hoy con vestimenta de mendigos y barbas zarrapastrosas. Toda la
elegancia que desprendía su porte, lo complementaba con una sahariana también
blanca y un fino bastón de vestir de rica empuñadura que sabía lucir con destreza al caminar con
su novia por los alrededores de Aduanas. En aquellos años, casi nadie tenía
automóvil, pero Tonico, el ídolo de
la afición merengue del Valencia tenía un Fiat 500, un coche pequeño, negro, de
dos plazas, que se conocía con el nombre de Topolino
y, que empezó a fabricarse en Italia a partir de 1936. Era un modelo que
llamaba la atención por la originalidad de su
línea. Se lo había comprado a Iñaki
Eizaguirre, jugador vasco, portero del Valencia. Puchades, recogía a su novia
en su casa, y dejaba el coche junto al Bar Miramar, regido por Bartolomé
Cardona (todavía no era hotel) y se perdía con su compañera por los alrededores
del puerto aspirando su salinidad y tranquilidad. Puchades nunca se casó,
siempre permaneció soltero y dedicado a sus campos de Sueca, de la que nunca
salió.
Junio 2013
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